Huerto experimental en Nouadhibou
Quizás llamar proyecto a esta idea es algo presuntuoso pues sólo se trata de probar si somos capaces de sacarle algo al desierto.
En nuestros viajes por el desierto hemos podido comprobar cómo responde la tierra yerma y calcinada por el sol cuando recibe la bendición de la lluvia; es entonces cuando reacciona y donde no había nada aparece un vergel. El paisaje, hasta entonces de color ocre, se torna en multitud de colores; en las dunas doradas crecen matorrales y arbustos. La vida vegetal atrae a la vida animal, las cabras y camellos son los protagonistas de un gran festín.
La experiencia nos llevó a pensar si seríamos capaces de extraer esa riqueza a la pequeñísima porción de terreno –desierto- que tiene A x A en Nouadhibou (Mauritania). Esta era una de las muchas tareas que llevaba en su agenda de trabajo Checho, nuestro cooperante, cuando se fue a Mauritania. En su vieja Renault Express iban semillas y plantas de diferentes tipos de hortalizas, además de multitud de enseres y ayuda para el orfanato, tarea principal para la que viajaba a Nouadhibou.
Lo que se encontró Checho fue un terreno lleno de arena y escombros en el que apenas podía trabajar. Decidió construir una pequeña estructura que protegiera del aire una pequeña porción de terreno donde plantar las semillas y plantas que había transportado desde España. La foto nos da una idea del trabajo que tenía por delante y los mil interrogantes a los que se tenía que enfrentar.
Todo empezó en una porción de terreno de apenas 3 m2, que protegidos del viento por una techumbre y su arena, mezclada con tierra roja, algo de abono y buen riego, empezó a dar pequeños frutos.
Los inicios no fueron fáciles y los problemas pronto aparecieron: pequeños bichos que se comían las hojas, las moscas –muy abundantes por esas tierras- hacían de las plantas su particular cuarto de baño, los frutos que daba la tierra parecían destinados a la cesta de la compra de los pitufos. Pero todo ello no hizo desfallecer a nuestro querido Checho, todo lo contrario; con la información gráfica que nos proporcionó nos pusimos en contacto con una empresa del sector de Collado Villalba, FITOFARMA. Los responsables de la empresa mostraron mucho interés ante los problemas que les explicábamos y nos comentaron que ellos colaboraban con otras ONG,s y que, con mucho gusto, también lo harían con nosotros. Además del asesoramiento que recibimos, Fitofarma nos donó: libros especializados, abono, insecticidas y todo el material necesario para la instalación de riego por goteo para todo el terreno. Queremos aprovechar esta ocasión para darles las gracias por todos sus consejos, que tan útiles han resultado, y por todo el material donado a A x A.
El material donado fue transportado en los coches de los socios que participaron en el viaje a Mauritania este verano.
Los socios que viajaron a Mauritania y algunos participantes del Rally Mauritania trabajaron en el terreno sacando arena y escombros para poder dejar todo el terreno utilizable. Los sufridos trabajadores se emplearon a fondo durante más de 4 horas, bajo un sol implacable y sin apenas herramientas. Hamed, voluntario de la N.A.D, estuvo ayudándonos toda la mañana aunque estaba en pleno Ramadan, es decir, sin catar el agua que los demás bebíamos cual camellos. Con todo, al final conseguimos dejar el terreno algo mejor pero finalmente no conseguimos acabar. Esta tarea la completaron días más tarde Checho, José Luis (tesorero), y Hamed. Una vez preparado el terreno comienza la parcelación para el cultivo de las diversas hortalizas y menta, muy apreciada para preparar el té a la menta –bebida nacional-.
El siguiente trabajo consistió en elevar el cierre perimetral del solar para proteger el huerto de la arena del desierto y poner una puerta con candado –protección ante los amigos de lo ajeno-.
Seguidos los consejos de Fitofarma, realizados los trabajos descritos, el aspecto del huerto y los frutos obtenidos son más que razonables. Está previsto, para el próximo mes de Febrero, la contratación del agua y su acometida. De momento estamos cogiendo el agua del orfanato.
En el mes de Noviembre se firmó un contrato de mantenimiento del huerto con Hamed para 3 meses. Durante ese tiempo él será el encargado de cuidarlo, cabe destacar que esta tarea viene realizándola desde el principio con una ilusión y entrega encomiable. Según el acuerdo firmado, parte de los frutos obtenidos se destinarán a los niños del orfanato y otra a su venta por parte de Hamed para ayudarle a cubrir sus gastos.
El huerto experimental se utilizará para uno de los talleres del nuevo proyecto “HAY MADRID”, pero eso es otro tema del que ya hablaremos.
Ver Galería de fotos
En nuestros viajes por el desierto hemos podido comprobar cómo responde la tierra yerma y calcinada por el sol cuando recibe la bendición de la lluvia; es entonces cuando reacciona y donde no había nada aparece un vergel. El paisaje, hasta entonces de color ocre, se torna en multitud de colores; en las dunas doradas crecen matorrales y arbustos. La vida vegetal atrae a la vida animal, las cabras y camellos son los protagonistas de un gran festín.
La experiencia nos llevó a pensar si seríamos capaces de extraer esa riqueza a la pequeñísima porción de terreno –desierto- que tiene A x A en Nouadhibou (Mauritania). Esta era una de las muchas tareas que llevaba en su agenda de trabajo Checho, nuestro cooperante, cuando se fue a Mauritania. En su vieja Renault Express iban semillas y plantas de diferentes tipos de hortalizas, además de multitud de enseres y ayuda para el orfanato, tarea principal para la que viajaba a Nouadhibou.
Lo que se encontró Checho fue un terreno lleno de arena y escombros en el que apenas podía trabajar. Decidió construir una pequeña estructura que protegiera del aire una pequeña porción de terreno donde plantar las semillas y plantas que había transportado desde España. La foto nos da una idea del trabajo que tenía por delante y los mil interrogantes a los que se tenía que enfrentar.
Todo empezó en una porción de terreno de apenas 3 m2, que protegidos del viento por una techumbre y su arena, mezclada con tierra roja, algo de abono y buen riego, empezó a dar pequeños frutos.
Los inicios no fueron fáciles y los problemas pronto aparecieron: pequeños bichos que se comían las hojas, las moscas –muy abundantes por esas tierras- hacían de las plantas su particular cuarto de baño, los frutos que daba la tierra parecían destinados a la cesta de la compra de los pitufos. Pero todo ello no hizo desfallecer a nuestro querido Checho, todo lo contrario; con la información gráfica que nos proporcionó nos pusimos en contacto con una empresa del sector de Collado Villalba, FITOFARMA. Los responsables de la empresa mostraron mucho interés ante los problemas que les explicábamos y nos comentaron que ellos colaboraban con otras ONG,s y que, con mucho gusto, también lo harían con nosotros. Además del asesoramiento que recibimos, Fitofarma nos donó: libros especializados, abono, insecticidas y todo el material necesario para la instalación de riego por goteo para todo el terreno. Queremos aprovechar esta ocasión para darles las gracias por todos sus consejos, que tan útiles han resultado, y por todo el material donado a A x A.
El material donado fue transportado en los coches de los socios que participaron en el viaje a Mauritania este verano.
Los socios que viajaron a Mauritania y algunos participantes del Rally Mauritania trabajaron en el terreno sacando arena y escombros para poder dejar todo el terreno utilizable. Los sufridos trabajadores se emplearon a fondo durante más de 4 horas, bajo un sol implacable y sin apenas herramientas. Hamed, voluntario de la N.A.D, estuvo ayudándonos toda la mañana aunque estaba en pleno Ramadan, es decir, sin catar el agua que los demás bebíamos cual camellos. Con todo, al final conseguimos dejar el terreno algo mejor pero finalmente no conseguimos acabar. Esta tarea la completaron días más tarde Checho, José Luis (tesorero), y Hamed. Una vez preparado el terreno comienza la parcelación para el cultivo de las diversas hortalizas y menta, muy apreciada para preparar el té a la menta –bebida nacional-.
El siguiente trabajo consistió en elevar el cierre perimetral del solar para proteger el huerto de la arena del desierto y poner una puerta con candado –protección ante los amigos de lo ajeno-.
Seguidos los consejos de Fitofarma, realizados los trabajos descritos, el aspecto del huerto y los frutos obtenidos son más que razonables. Está previsto, para el próximo mes de Febrero, la contratación del agua y su acometida. De momento estamos cogiendo el agua del orfanato.
En el mes de Noviembre se firmó un contrato de mantenimiento del huerto con Hamed para 3 meses. Durante ese tiempo él será el encargado de cuidarlo, cabe destacar que esta tarea viene realizándola desde el principio con una ilusión y entrega encomiable. Según el acuerdo firmado, parte de los frutos obtenidos se destinarán a los niños del orfanato y otra a su venta por parte de Hamed para ayudarle a cubrir sus gastos.
El huerto experimental se utilizará para uno de los talleres del nuevo proyecto “HAY MADRID”, pero eso es otro tema del que ya hablaremos.
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