Vuestras Historias


23-12-2008 Borma EXTREM



Podría resumir este viaje en que hemos estado 5 días en la arena con las ruedas deshinchadas, pero sería simplificar demasiado la aventura que hemos vivido en el Borma Extrem de Territori4x4.

La crónica de este viaje intentará hacer justicia a esos días perdidos en el Sahara tunecino, pero creo que lo mejor será acompañarlo de buenas fotos. Creo que entre las 1800 que he tirado, encontraré alguna que valga la pena.

DIA 1: ENCUENTRO EN LA AUTOPISTA, RUMBO A MARSELLA.

El viernes salimos hacia el trabajo con el coche cargado. Las emociones a flor de piel. Mientras estaba en las retenciones habituales al entrar a Barcelona pensaba en lo poco que quedaba para llevar mi HDJ a su hábitat natural: las dunas. Llegué al parquing y lo dejé en un sitio que pudiera verlo desde la ventana de la oficina. Esa mañana fue interminable.

Habíamos quedado a las 15,30h en la autopista con Miguel. Eran las 15h y aún estaba en la Barceloneta para recoger a Marc. Al fin salió y pusimos rumbo a la autopista. Nada más llegar a la área de servicio vimos a mi hermano, Quim, repostando. Después de la euforia, nos preguntamos por Miguel. Nada más pronunciar esas palabras vimos cómo él y su maquinón entraban en la gasolinera! Ese 80 prometía emociones fuertes!!

Montamos las emisoras y cogimos carretera hacia Marsella, donde teníamos hotel reservado. El viaje fue sin incidentes y pudimos romper el hielo a través a de la emisora comentando las preparaciones de los coches y otras experiencias en el desierto. Sin embargo el tema estrella fue el cambio automático australiano de Miguel y su escape lateral…cómo peta el 80 de Miguel!!!! Cuando escuchaba las explicaciones sobre su cambio, la rapidez y eficacia con que cambia las marchas, etc. Empecé a notar la necesidad de probar ese coche…

Llegamos al hotel y ya había un ambientillo interesante! En ese momento conocimos a Fran y la gente de Madrid (de ahora en adelante Comando Alimaña) que nos acompañaría en el viaje. Tenían allí sus coches aparcados y maqueados. Intercambiamos unos saludos tímidos y nos dispusimos a cenar para ir a dormir.

DÍA 2: EMBARQUE

A las 8,30h ya estábamos en el puerto. Lo habitual: pitote, colas, coches cargados hasta las trancas…pero lo mejor: reunir a todos los coches del viaje, intercambiar opiniones, ver las preparaciones, saludar a antiguos compañeros de viaje…la cola para el embarque da mucho de sí! Allí ya se empezó a gestar el grupo: Quim (HDJ100), Marc/Isa (HDJ100), Miguel (HDJ80), David (KDJ120), Josep (Mitsubishi pajero 3p) y Jordi (LJ73), también conocidos como el Comando Petaca.

El barco zarpó y las conversaciones giraban entorno a los coches y especulábamos sobre lo que sería la dificultad del viaje. Empezó a haber mala mar y acabamos todos como una sopa en los camarotes hasta el día siguiente.

DIA 3: RUMBO A MATMATA

Llegamos a Túnez: pollo habitual para pasar la frontera, papeleo, unas risas, etc. Una vez fuera del puerto montamos las emisoras y los GPS para ir a dormir a Matmata.

Decidimos parar a comer en El’Jem para ver el anfiteatro y hacer un poco de turismo. Jordi nos guió hasta el anfiteatro y reservó una comida en un restaurante a pie de monumento..En las cristaleras del local estaba lleno de pegatinas de un montón de clubs y gente que había pasado por allí. Mientras nos preparaban el tema visitamos las ruinas, que fue muy interesante. Nos comimos el pollo asado y el “bric” (que escomo un hevo frito rebozado) y callejeamos con los coches. Muy recomendable.

Llegamos a Matmata de noche. La ducha y la cena caliente se agradecieron. Estábamos ansiosos por despertarnos e ir directos a la arena. Quedaban pocas horas para deshinchar neumáticos y estar 5 días conduciendo en las dunas.

Hicimos unas cervezas y a dormir pronto para levantarnos descansados y a punto. Era la última noche confortable.

DIA 4: PRIMER CONTACTO CON LA ARENA. ISA PROBANDO EL 80 DE MIGUEL

Salimos de Matmata muy pronto. Después de desayunar, salimos todos al parquing a calentar lo coches, apretar las cargas, repasar las ruedas, comprobar las neveras, etc. Cogimos una carretera interesante y paralela a la Pipe Line donde avanzábamos directos al desierto. La primera parada era Kasar’guillan.

Llegamos todo el grupo juntos, una vez reunidos y habiendo hecho fotos de la piscina natural de agua sulfurosa y el magnífico palmeral continuamos la carretera hasta el primer cordón de dunas por donde entrar.

Paramos en fila para deshinchar neumáticos. No teníamos ni idea de qué presión dejar, ya que no habíamos estudiado la arena…decidimos 1.4. Siempre hay tiempo de desinflar más. Empezaba lo bueno! Entramos en las dunas. Eran dunas bajitas y sin complicación. Dunas, matojos y algún que otro llano.

La cosa empezó a ponerse guay: las dunas subieron la altura, la arena presentaba cierta complicación…las ruedas resbalaban, los giros eran divertidos, las subidas requerían sacar el caballeje…en fin, molaba que no veas. Hicimos un par de horas de subidas y bajadas muy divertidas y paramos a comer.

Por la tarde, continuamos en un valle de dunas pequeñas. Me animé y decidí conducir un rato. Al principio cogí el volante insegura…empecé a recordar esa sensación: el contacto de los neumáticos con la arena, el ruido del motor en primera y segunda larga, los giros dándole cera y culeando…total que me animé enseguida. Las dunas ahí eran muy fáciles y yo ya estaba aburrida de hacer de copiloto.

Llegamos al centro del valle y paramos a hacer un descansillo…no podía más. Me fui directa a Miguel y le pedí que me dejara probar su coche…lo habíamos comentado por la emisora y no me pareció que le importara dejármelo! Efectivamente estaba entusiasmado con la idea. Hice un ángulo de 180º con mis piernas para salvar la altura del coche y poder subir (jajajaja). Fui con cuidado de no darme en la cabeza con la barra antivuelco. Me senté en el backet. Para mi sorpresa parecía muy cómodo! Miguel se sentó de copiloto. Me indicó que había que dejar el cambio en la D y olvidarme del pie izquierdo. Nunca había conducido un automático, pero con el 100 tampoco uso el pie izquierdo, ya que recupera súper bien aunque dejes de dar gas en las dunas.

Ahí estaba yo. En el peazo 80 de Miguel, con Miguel al lado y un valle de dunas delante…apreté el pedal…joder!!! Qué era eso?? Notaba como petaba el escape lateral y la respuesta inmediata del coche al pedal. Hice una vueltas alrededor del resto de coches. Cuánto más le pisaba más me pedía. No notaba ni los desniveles de las dunas más pequeñitas…frené y bajé del coche alucinada. Miguel (satisfecho a más no poder) insistió en llevarlo un rato, pero no quise cogerlo por si acaso!! Ahora me arrepiento…

Después de ese episodio, continuamos hasta salir del valle y entrar en otro más. En el centro había un llano perfecto para acampar, así que montamos el primer campamento. Hacía un frío que pelaba! Todos hicimos la cena pronto y empezamos a sacar cosillas para picar, alguna cerveza…el menú? Sopa caliente y mi famoso rollito de pollo.

DIA 5: SEGUNDO DÍA EN LA ARENA

Fue una noche muy fría. Nos despertamos con un frío tremendo que no había manera que se quitara. Estábamos a 0ºC y por lo tanto teníamos los motores helados. Encendimos el coche mientras recogíamos el campamento y comíamos algo.

Empezó otra vez la juerga. Esta vez las dunas empezaron a ser mucho más técnicas, la arena estaba peligrosa y los pasos eran difíciles, con desplazamientos laterales y dunas muy trilladas. Uno de los pasos fue especialmente complicado por el volumen de coches que éramos. En la cabeza habían desllantado y estaban liados reparando rueda. Se abrió un paso alternativo, pero el Defender que iba delante quedó bien encallado en la arena. Marc esquivó milagrosamente el berenjenal de arena trillada que había y estrujó hasta arriba del todo del paso. Yo estaba fuera del coche haciendo fotos y en eso que llega Miguel. No me corté: saqué todo lo que había en el asiento del acompañante y me subí al 80 para salvar el paso. La cosa estaba muy fea y Miguel se encontró con el berenjenal de Marc. Nada, puso el bloqueo trasero y consiguió salir airoso. Le dio cera esquivando al Defender, pero la subida era demasiado pronunciada y tubo que frenar. El culo empezó a patinar de lado hacia el Defender…uf! Hubo que poner freno de mano y esperar a desencallar el coche. Me fui a lo alto de la duna a hacer fotos del panorama y subí en mi 100. Avanzamos hasta lo alto del cordón metiendo caña hasta que lo superamos y vimos la cabeza del grupo comiendo. Nos unimos encantados y esperamos a Miguel y a mi hermano que llegaron después.

Continuamos sin problemas por un valle de dunas increíble. La luz del sol empezaba a caer y el paisaje era espectacular. Al intentar cruzar otro cordón de dunas nos encontramos con muchas dificultades, los coches se encallaban, desllantaban…quedaba una hora escasa de luz y había coches hasta las trancas de arena…mientras se sacaban hicimos el campamento en el llano de la base del cordón de dunas. Aproveché los últimos rayos de sol para lavarme el pelo.

DIA 6: EN EL DESIERTO TAMBIÉN NIEVA

Nos despertó el gotear de la lluvia en la tienda. Esa noche había dormido vestida y con el gorro puesto. Qué frío! No imaginábamos que el frío fuera tan intenso, la verdad. La próxima vez llevaré material de alpinismo.

El cielo estaba negro, amenazaba con una tormenta que no veas. Era muy curioso ver el contraste del cielo oscuro con las dunas. Realmente curioso.

Empezamos la jarana de nuevo. La arena estaba como embarrizada. Al trillar las dunas aparecía el polvo de talco, pero la primera capa era como un barro. Como la arena de playa mojada. Empezamos el ascenso que el día anterior había sido imposible. Éramos muchos coches, así que prometía ser un paso lento. De buenas a primeras, cae un coche en una olla. Para sacarlo eran necesarios dos cabestrantes con lo que ese paso quedó colapsado un buen rato.

Nuestro grupo avanzó unos metros. Delante iba Josep, luego Quim y luego Miguel. Oí por la emisora a Josep que se había quedado enganchado. Miguel se adelantó para sacarlo con el winch con la mala suerte de engancharse también! Afortunadamente había espacio y Quim pasó delante y le pegó un tirón. A partir de ahí empezó el rescate de Josep. Hacía mucho frío, viento, llovía y estábamos fuera del coche enganchando el cabestrante de Miguel al coche de Josep.

Miguel estaba en lo alto de una duna y Josep abajo, la verdad es que no era la mejor posición para estirarlo pero no era recomendable salir de las roderas. Era trampa asegurada. Mientras veía toda esa escena empezó a caer aguanieve. Era el colmo, con esa rasca rezábamos para no engancharnos y tener que bajar del coche! Empezó a estirar y el mitsubishi fue levantando el morro hacia la cuesta y quedó a dos ruedas. Yo pensaba que petaba el cable en cualquier momento. El 80 empezó a hundirse un poco en la arena, pero finalmente subió al mitsu hasta arriba.

Una vez desencallados los tres y habiendo hecho un tirón a la Navara que iba delante, continuamos. Pasamos el cordón de dunas y descendimos un valle pequeño. Delante iba Quim y nos encontramos a David enganchado a más no poder (había pasado delante con la cabeza del grupo hacía una hora y media aproximadamente).

Mi hermano se quedó ayudándolo y el resto continuamos para adelantar. Continuaba haciendo un frío que pelaba. Llegamos a una remontada de dunas que hacía mucha pendiente. Ahí estaba el mitsu probando de subir y no había manera.

Animamos a Josep y continuó probando la subida. Deshinchó un poco y subió del tirón. Llegó Marc y estrujó subiendo hasta arriba…casi tuvo que frenar y todo! Detrás subió Miguel, Quim y David. Continuamos remontando y la cosa estaba complicada, empezamos a subir y bajar dunas bastante altas, había giros inclinados, íbamos mirando atentos por encima del capó, llegamos a la cresta de una duna y no vimos a tiempo que giraba hacia la derecha…nos quedamos de arena hasta la puerta…

Vinieron Josep y Miguel con la pala…pero ahí había que quitar una duna entera de arena…decidimos ir a buscar ayuda. Quim estaba en la misma situación que nosotros y David también. Ya empecé a pensar que dormíamos allí mismo cuando vimos como el Comando Alimaña ya tomaba la subida y nos quedamos más tranquilos de poder pedir ayuda. Abriendo otro paso y adelantando al Comando Alimaña sin piedad, venía Manolo, más conocido como “Paleitor” dad su afción a palear y hacer palear a los demás…y vimos la luz!! Nos dio cuatro instrucciones con la pala y salimos enseguida…des de luego la experiencia es un grado. Habiendo hecho lo mismo media hora antes ya habríamos desencallado los coches!

En las siguientes dunas nos empanzamos dos veces seguidas. Manos mal que atrás venía el Comando Alimaña (Por cierto, www.amigosxafrica.org) y más en particular el Discovery de Pepe, que nos sacó de allí…dos veces seguidas!! (sé que hay fotos). Finalmente salimos de allí dándole cera y llegamos al otro lado del cordón. Casi no había luz así que teníamos que acampar allí. Resultado del día: 9km desde la 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde.

Al llegar abajo nos dimos cuenta que el coche iba sin suspensión. Bajamos del coche y vimos que la rueda casi se empezaba a esconder en el paso de rueda…joder, nos quedamos fatal. Empezamos a hacer pruebas y no subía ni a tiros. Con todo el mal rollo encima montamos el campamento mientras llegaba el mecánico, Ripoll (o también concido como “Ripolleitor”, por sus milagrosas habilidades mecánicas). Estuvieron mirando que si el fusible, que si la bomba de la dirección, todo estaba en orden. Hicimos unas vueltas al campamento y el coche volvió a subir!!! Quizá los sensores estaban sucios, quizá hacia falta purgar el líquido…lo haremos revisar.

Hacía viento y estar a la intemperie era insoportable. Hicimos sopa caliente otra vez y a las 20,00h ya estábamos dentro de la tienda abrigándonos como podíamos. Esa noche volví a dormir con gorro.

DIA 7: BORDEANDO LA ALTURA

Me levanté con el frío en el cuerpo. Hicimos un té caliente mientras recogíamos el campamento. Calentamos los coches para no arrancar con el motor congelado.

Dadas las dificultades del día anterior, decidimos bordear el mazizo de dunas sin alturas, ya que la arena no estaba para tirar cohetes. Desllantar y engancharnos hasta la puerta era lo más sencillo.

Al final del día empezamos a subir otra vez y empezaron los problemas. Dos desllantes y un bloqueo del diferencial roto. Abrimos trazada nueva y acampamos antes de las 5. Pudimos hacer unos 40 km.

DIA 8: LA ARENA CONGELADA

Esa noche fue la más helada de todas. Al intentar salir de la tienda, las cremalleras estaban congeladas!

Seguimos haciendo dunas muy entretenidas con bajadas y subidas muy chulas. Me atreví a coger el 100 otra vez y lo pasé en grande. En un tramo trilladillo me quedé enganchada. Gracias al cable de Miguel salí sin problemas.

Continué siguiendo las trazadas, tenía a David delante. Oí por la emisora que me advertía del tramo que estaba a punto de pasar. Llegué a lo alto de una duna. La trazada giraba a la izquierda y hacía subida. En ese momento pensé “inercia pero no escarbes o te quedas”. Bajé despacio para no romper el parachoques de delante y tener que dormir en el sofá…le di gas para subir y empecé a notar que lo había hecho mal…dejé de dar gas para no hundirme. Marc salió del coche y empezó a indicarme: poner el bloqueo, marcha atrás, menos gas, cortas…pum, pum y la oruga salió de la arena! Di marcha atrás a todo trapo para subirme a la duna y coger inercia. Esta vez salí de allí! Con todo el subidón tuve que afrontar otra cuesta y con escalón. Esa duna no me iba a fastidiar! Estrujé la primera, volé en primer escalón, me comí el segundo, noté como el coche rebotaba, me gané una bronca de Marc pero subí indemne!!!!!! Jajajaja.

Continuamos por dunas cada vez más bajitas hasta que hinchamos para seguir por pistas rápidas hasta Kasar’guillan otra vez. Desde allí cogimos una pista muy bonita hasta Matmata para llegar al hotel y darnos la mejor ducha de mi vida!! Después de 5 días en el desierto de verdad que se agradece.

Se había acabado la arena y las emociones fuertes al menos por este viaje…

REGRESO

Los últimos días de vuelta transcurrieron entre los comentarios de la aventura, la melancolía, las ganas de ver las fotos…iban pasando los kilómetros hasta Túnez como en un sueño…yo seguía en la arena.

Afortunadamente el mar esta vez estuvo tranquilo y pudimos descansar en el barco. Hasta Barcelona no hubo ningún percance.

Ha sido una gran aventura y lo hemos pasado en grande con nuestros coches y con la compañía de todas las personas de nuestro grupo y el resto de grupos. Todos esperamos volver pronto.